Este mes de enero 2013 ha nacido el Partido X, un nuevo movimiento político que pretende «reiniciar» el sistema político. Se definen a sí mismo como un método de cambio al servicio de todos.
La nueva formación política está integrada por simpatizantes anónimos de la cultura libre en Internet y del 15M, aunque se desvinculan de dicho movimiento al que definen como esencialmente social. Su anonimato se debe a su voluntad de despersonalizar la política, la X se debe a que afirman ser una incógnita, un partido que ya ha ganado en el futuro.
Reivindican un sistema esencialmente transparente en el seno de un partido del que sólo se sabe el nombre de uno de sus miembros, Greer Margaret Thurlow Sanders, inscrito como presidente en el Registro de Partidos Políticos.
Su programa electoral se compone de la única afirmación “Democracia y punto”, seguida de cuatro mecanismos para conseguirla: referéndum obligatorio y vinculante, wikigobierno o elaboración de legislación participativa y transparente, derecho a voto real y permanente y transparencia en la gestión pública. Su ideología es la «lógica».
El Partido X ha manifestado que su principal pretensión no es ganar votos (paradójicamente también pretenden ganar las elecciones), sino canalizar un esfuerzo colectivo para recuperar la democracia. Para ello proponen una serie de soluciones de futuro sobre los que la ciudadanía debe trabajar y debatir, a través de herramientas libres en Internet. Los puntos fundamentales de trabajo giran en torno a un plan mínimo de contingencia entre los cuales se encuentran sanidad, educación, vivienda, medioambiente, transporte, sociedad de la información y soluciones para salir de la crisis.
Los movimientos políticos críticos con el sistema encuentran gran éxito en la actualidad, especialmente si están dirigidos por un líder – o una plataforma- carismática, como el Movimiento 5 Stelle del cómico Beppe Grillo en Italia. Las reivindicaciones para salir de la crisis, «que nos devuelvan el dinero» o que la clase política sea sustituida, resultan atractivas. Sin embargo, la carencia de una retrospectiva más amplia, un programa electoral elaborado o unos Estatutos fácilmente accesibles hacen dudar de la verdadera bondad y operatividad de estos partidos.
Rueda de presentación del Partido X.
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