
A las 11.47 de hoy, 13 de julio de 2016, en la estación ferroviaria de Bari, en Italia, los silbidos de los trenes han recordado el desastre ferroviario de ayer: 23 muertos, más de 50 de heridos, en uno de los peores accidentes de trenes de los últimos años en Italia.
Un choque frontal entre dos trenes regionales, en un tramo de vía única. Dos trenes en los cuales viajaban trabajadores, estudiantes y familias. Un choque frontal a 100 km/h, en una zona de olivar a poca distancia de Bari, entre Andria y Corato, en la región de Apulia (Puglia en italiano).
La Fiscalía de Bari ha abierto una investigación
La Fiscalía de Bari ha abierto una investigación por presunto homicidio culposo múltiple y desastre ferroviario a cargo de desconocidos: todavía no se sabe que pasó, si hubo un error humano o un fallo técnico. Lo cierto es que el tramo donde se produjo el accidente era de vía única: las obras para desdoblarla (en este tramo viajan hasta 200 convoyes diarios) se habían ido retrasando durante cuatro años, como suele ocurrir a menudo en Italia.
Además, el tramo donde se produjo el accidente era uno de los pocos de toda la red ferroviaria italiana que no disponía todavía de un sistema de seguridad automático: tenía que recurrir al teléfono entre las estaciones para regular la circulación (un sistema llamado “fonograma”).
Una Italia con dos velocidades
“Siento dolor por las víctimas y sus familias, pero también mucha rabia. No pararé hasta que se esclarezca lo ocurrido” afirmó ayer Matteo Renzi, primer ministro de Italia, horas después del desastre ferroviario. ¿Y si el problema no hubiera sido tanto el error humano, cuanto la falta de inversión económica en la red ferroviaria secundaria?
Italia dispone de una red de Alta Velocidad entre las mejores del mundo, pero al mismo tiempo su enorme red de ferrocarriles secundarios ha sufrido en los últimos años importantes recortes. Un informe de la asociación ecologista Legambiente ONLUS, había señalizado hace pocos meses la presencia de una “Italia con dos velocidades”. Por un lado, trenes siempre más modernos y rápidos, sobre todo en el centro y norte del país, por otro lado, trenes viejos y vías muy antiguas en el Sur.
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