El volcán de Roma no está dormido

[leggi qui l’articolo in italiano] La mayoría de los turistas que llegan a Roma no lo saben, y tampoco muchos de sus habitantes, pero los relieves situados al sur de la ciudad, conocidos como Colli Albani (los romanos les llaman “Castelli”), son en realidad un antiguo volcán.

Así como Nápoles tiene el Vesubio vigilando a la ciudad, y Catania, en Sicilia, el volcán Etna, también Roma tiene su volcán. Es el sistema volcánico de los Colli Albani, conocido también como Vulcano Laziale (“volcán lacial”, del nombre de la región donde se sitúa Roma). Este grande aparato volcánico empezó su actividad hace alrededor de 600.000 años, y las últimas erupciones ocurrieron hace pocos miles de años. Un tiempo muy corto en términos geológicos.

Las erupciones de los Colli Albani moldearon el territorio donde ha surgido Roma

Sus erupciones han moldeado el territorio donde ha surgido Roma. Los famosos siete cerros de Roma, de hecho, están constituidos por materiales volcánicos eruptivos, y muchos monumentos de la ciudad fueron realizados con material volcánico.

Hasta hace poco tiempo, se consideraba que el volcán de los Colli Albani estaba en una fase de inactividad, como los demás centros volcánicos diseminados al norte de Roma. Zonas volcánicas donde todavía hay fenómenos de “vulcanismo tardío”, con aguas termales, pequeños terremotos, emisión de gases, sin problemas para la población. Zonas volcánicas donde hoy surgen magníficos lagos, que ocupan antiguos cráteres y calderas.

Un estudio publicado hace pocos días demuestra que la realidad podría ser bien distinta. El Vulcano Laziale no estaría profundamente dormido como se pensaba, sino sería capaz de nuevas erupciones dentro de mil años. No es un peligro inminente, pero la noticia ha sido una verdadera “bomba”.

Un estudio cientifico demuestra que el volcán de Roma no está durmiendo del todo

volcanes italia
Volcanes activos en Italia (o con actividad en los últimos siglos-miles de años)

El estudio científico multidisciplinar, cuyo título es Assessing the volcanic hazard for Rome: 40Ar/39Ar and In-SAR constraints on the most recent eruptive activity and present-day uplift at Colli Albani Volcanic District, realizado por investigadores del INGV (Istituto Nazionale di Geofisica e Vulcanologia) junto con los del Dipartimento di Scienze Geologiche de la Universidad “Sapienza” de Roma, Istituto di Geologia Ambientale e Geoingegneria del IGAG-CNR) y del Laboratorio de Geocronologia de la Madison University, han reconstruido en detalle la historia de las erupciones del volcán de Colli Albani desde hace 600.000 años hasta la actualidad. Además, han cruzado las informaciones con los datos de las deformaciones de la corteza terrestre. “El resultado sorprendente – afirma Fabrizio Marra, investigador del INGV – es que además de no ser inactivo, el volcán acaba de empezar un nuevo ciclo de alimentación de su cámara magmática, y dentro de mil años podría volver a la actividad”.

En el estudio muy profundizado y complejo, muchos datos confirman que el área volcánica es activa, y que a pocos kilómetros de profundidad se está acumulando lentamente nuevo magma. “Cuanto tiempo este magma empleará para subir y encontrar una salida en superficie es difícil de definir – añade Marra – lo que es cierto es que los tiempos físicos para que esto pueda ocurrir son de varios miles de años”.

Las erupciones del volcán de Roma: muy poco frecuentes

El lago di Albano ocupa un cráter volcánico

Los Colli Albani, en su historia eruptiva, tuvieron erupciones muy poco frecuentes: una cada 40.000 años más o menos, según los estudios realizados. En 600.000 años solo hubo 11 episodios. La última erupción, desde el Cráter de Albano (donde hoy se encuentra el estupendo Lago di Albano) empezó hace 41.000 años y terminó hace 36.000. Han pasado más o menos otros 40.000 años, y el volcán estaría entrando en una nueva fase de erupciones.

Observaciones realizadas con GPS han relevado un sublevamiento de la superficie con una tasa de 2-3 mm/año en los últimos 20 años. La hipótesis es que esto sea debido a la llegada de magma en profundidad.

El magma se situaría a una profundidad entre 5 y 10 km, y no es preocupante por el momento (ni para las próximas generaciones). Si una erupción se verificara, no sería antes de mil o miles de años. Por el momento, Roma y los romanos pueden estar tranquilos.

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