El 4 de marzo de 2018, tendrán lugar en Italia las elecciones generales, que los italianos llaman “elecciones políticas”.
El domingo 4 de marzo se elegirán los 630 diputados de la Cámara y los 315 senadores del Senado.
Durante esta jornada se celebrarán también elecciones regionales en algunas regiones, como Lacio (la región de Roma) y Lombardia.
¿Qué sistema electoral se utilizará?
En 26 de octubre de 2017, el Senado italiano aprobó la nueva ley electoral, que ha sido denominada “Rosatellum”. El nombre viene de Ettore Rosato, senador del PD que la propuso. Hacía años que se discutía en el Parlamento sobre la importancia de una nueva ley electoral, habiendo sido declarada inconstitucional la anterior, denominada “Porcellum”.
Este nuevo sistema electoral introduce un sistema mixto entre proporcional y mayoritario y favorece a las coaliciones entre partidos. Para obtener diputados o senadores, un partido tiene que obtener al menos el 3% de los votos a nivel nacional. Una coalición de partidos tendrá que obtener al menos el 10%.
Los electores italianos que votan desde el extranjero (cerca de 4 millones) votan con un sistema proporcional.
¿Cuáles partidos y fuerzas políticas se presentan a las elecciones?
Simplificando el cuadro político, el 4 de marzo se presentarán a las elecciones cuatro grandes fuerzas políticas. De izquierda a derecha (situando el M5S en el centro, considerada la dificultad de darle una «etiqueta» política a esta formación) encontramos:
- la formación Liberi e Uguali (LeU), liderada por Pietro Grasso y formada por grupos políticos de izquierda radical y transfugas del Partido Democratico (PD);
- el Partido Democratico (PD), liderado por el ex primer ministro Matteo Renzi, en coalición con otros pequeños partidos de centro-izquierda, como +Europa (radicales liderados por Emma Bonino), Insieme o la lista de Lorenzin, Civica Popolare ;
- el Movimento 5 Stelle, cuyo candidato líder es Luigi Di Maio, se presenta solo a las elecciones, como ya hizo para las elecciones de 2013;
- la coalición de centro-derecha formada por Forza Italia (liderada por Silvio Berlusconi, que vuelve así a jugar un papel importante en política), Lega (lidearada por Matteo Salvini) y Fratelli d’Italia (Hermanos de Italia, liderada por Giorgia Meloni): no tiene un candidato líder único.
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Luego hay que añadir otras formaciones menores, como Potere al Popolo, lista de la izquierda antagonista y anti capitalista cuyo principal objetivo será lograr un dificil 3% para entrar en el Parlamento.
También se presentará el partido neofascista Casa Pound, cuyo resultado en las elecciones municipales en Ostia (municipio de Roma), donde recibió el 9% (en unas circustancias muy peculiares, hay que decirlo), ha desatado las alarmas por su posible (aunque difícil) entrada en el Parlamento.
Analizaremos mejor las fuerzas políticas que se presentan el 4 de marzo en otros artículos.
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¿Cuales son los escenarios posibles tras el voto?
Aún es difícil saber lo que pasará tras el 4 de marzo en Italia. Una de las cosas que crea dificultad a la hora de dibujar un escenario, además de la incertidumbre sobre los resultados, es la aplicación del nuevo sistema electoral mixto.
La cosa más probable es que la nueva ley electoral y la división del electorado en muchas distintas fuerzas, creará una situación de no gobernabilidad. Quizás una situación parecida a la que vivió España tras las elecciones del diciembre de 2015.
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De momento, según las encuestas, la fuerza más votada será la coalición de centroderecha, con un total de votos que se situaría por debajo del 40%. Sin embargo, con un apoyo inferior al 40% de los votos es imposible que una fuerza política obtenga la mayoría útil para gobernar, con el Rosatellum.
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