Después de meses de negociaciones, bajo la amenaza de sanciones sin precedentes contra Italia, ayer el gobierno italiano de Giuseppe Conte y la Comisión Europea lograron un acuerdo sobre los presupuestos de 2019. El acuerdo evita de momento la imposición de sanciones a Roma.
En los meses pasados el gobierno italiano, formado por Movimento 5 Stelle y Lega, había presentado un proyecto de presupuestos expansivo, que chocaba con los límites europeos: la previsión de déficit se situaba en el 2,4% del Producto Interior Bruto (PIB), en un país cuya deuda pública es altísima, y cuyo crecimiento sigue siendo muy bajo en estos últimos años. “No es la solución ideal”, ha afirmado el vicepresidente de la Comisión, Valdis Dombrovskis.
Sin embargo, de esta forma se evitan sanciones sin precedentes y una ruptura entre la Comisión e Italia que habría podido ser dramática a pocos meses de las elecciones europeas de 2019. Pierre Moscovici, Comisario Europeo de Asuntos Económicos y Financieros, ha reconocido que la Comisión no podía ignorar «el contexto de ascenso de los populismos, nacionalismos y la caricatura de que somos eurócratas de la austeridad».
Sin embargo, el acuerdo supone un fuerte paso atrás del gobierno Conte, que en los meses pasadas había tronado contra la «Europa de la austeridad»
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