Se estrena el 6 de diciembre en los cine de toda Italia el documental «Santiago, Italia», de Nanni Moretti. Proyectado en el 36 Torino Film Festival, al final de noviembre, este documental llega a tres años de «Mia Madre», última película del director romano.
Es un documental de composición clásica que habla de cómo eran los italianos en los años 70 y «en qué nos convertimos». En particular, el documental está dedicado al golpe de estado del 11 de septiembre de 1973 del general Augusto Pinochet contra el gobierno democrático del socialista Salvador Allende. Habla del rol que tuvo la embajada italiana en Santiago, institución que dio refugio a centenares de opositores al régimen, cerca de 600, permitiéndoles luego alcanzar Italia, único país en Europa que, entre otros, no había reconocido al gobierno de Pinochet.
La embajada italiana en Chile ayudó a cientos de opositores
Los chilenos refugiados llegaban en aquellos años a una Italia distinta de la de hoy, más solidaria, la de los años de plomo y de las grandes luchas sindicales, de los grandes movimientos obrero, estudiantil, los años de la radicalización ideológica. Una Italia que los acogió y los integró en gran forma.
Nanni Moretti dijo recientemente, en una entrevista al diario italiano La Repubblica, haber rodado esta película también como respuesta al nuevo gobierno donde predomina la actitud xenófoba y anti-humanitaria del ministro de Interior Matteo Salvini.
La moral de la película, reporta ANSA Latina en su artículo, se concentra en la intervención final de Erik Merino, exiliado chileno en los años setenta y ahora empresario en Italia: «Llegué a un país que produjo la guerrilla partisana y defendió los estatutos de los trabajadores. Hoy viajo por Italia y se parece cada vez más a Chile, a las peores cosas de Chile», expresó. «Un consumismo terrible, el que se ve, donde la persona que tienes al lado si puede te derriba. Existe solamente el individualismo», concluyó Merino.
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