
El pasado domingo 24 de febrero tuvo lugar en el Instituto Italiano de Cultura de Barcelona una conferencia inaugural a cargo del alcalde de Nápoles, Luigi de Magistris. Bajo el título “Napoli, la città dei beni comuni” (Nápoles, la ciudad de los bienes comunes) se trataron diferentes temas como el medio ambiente, la democracia, la cultura o el turismo. Este evento se engloba dentro del Ciclo de conferencias organizado por la misma organización titulada “Le città italiane” (Las ciudades italianas) que se desarrollará hasta el próximo mes de mayo.
Fueron 150 personas las que acudieron a la presentación del ciclo, coordinada por Salvador Marino en colaboración con Paola Lo Cascio e Ida Mauro, profesores de la Universidad de Barcelona. El alcalde de Nápoles, Luigi de Magistris, debatió con el público a través de conexión Skype, al cancelar su visita presencial debido a problemas meteorológicos. De Magistris, quien dirige la capital de la región de Campania desde hace 8 años (2011), comenzó la ponencia destacando la necesidad de una actuación global en materia medioambiental. Asimismo quiso subrayar el vínculo existente entre Barcelona y Nápoles en cuanto a políticas sociales.
Nápoles, «primera ciudad en crecimiento cultural y turístico»
De Magistris realizó un recorrido por el vivaz y complejo proceso político de la tercera ciudad más grande de Italia: “Se trata de la primera ciudad en crecimiento cultural y turístico”, una ciudad que, según el político, busca “basar su riqueza en la diferencia, la solidaridad y la igualdad”. En esta línea cabe recordar la alianza firmada por el mismo alcalde de Nápoles, los de Bolonia y Palermo (entre otras italianas) y las ciudades españolas de Barcelona, Madrid y Zaragoza para apoyar a las ONG en la labor de salvar vidas en el mar.
Otro de los temas tratados fue la lucha contra la privatización, a través de la referencia al sistema íntegramente público para la gestión del agua: “Nápoles ha sido la única ciudad de Italia en respetar el referéndum que afirmó la voluntad popular de mantener pública la propiedad del agua en Italia”. Del mismo modo, de Magistris insistió en la defensa de los bienes comunes y la autogestión social, entendidos como un proceso de resistencia y en la idea del bien común como un concepto central y crucial en el proceso de ciudad: “La Europa de las ciudades es necesaria para salvar la propia Europa, se necesita partir de los movimientos sociales y construir lazos humanos”.
Aumento del turismo en Nápoles
Finalmente no quiso dejar pasar por alto el claro aumento del turismo en la ciudad. Para ello, resaltó “su valor extraordinario” y la necesidad de una gestión para regular las actividades comerciales, los alquileres en el centro de la ciudad, luchar contra el dinero negro y la precariedad laboral juvenil: “La cultura y el turismo son el motor principal de la ciudad, la cultura debe ir siempre en primer lugar para conservar el sentido de originalidad e identidad de ser napolitano”.
Para concluir el debate hizo alusión al auge en Italia y en Europa de los movimientos fascistas, al odio generado en las redes sociales y a la indiferencia generalizada: “Hay que luchar por los derechos y la igualdad social, debemos construir un Mediterráneo mejor, ese Mediterráneo que nos ha enseñado a mirar lejos”.
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