
El 23 de noviembre de 1980, hace 42 años, un terremoto de magnitud 6,9 Richter sacudió las regiones italianas de Campania y Basilicata, en el sur de Italia, causando la muerte de 2.914 personas y casi 9000 heridos. Se quedaron sin hogar 280.000 ciudadanos. El terremoto, recordado como el «Terremoto de Irpinia» porque la zona geográfica de Irpinia fue la más afectada, fue uno de los eventos sísmicos más fuertes ocurrido en Italia durante el siglo XX, y uno de los más graves en cuestión de víctimas, junto con el terremoto de Messina y Reggio Calabria (1908), Calabria (1905), Avezzano (1915), Friuli (1975). En la misma Irpinia se había verificado otro terremoto en 1930, que había dejado 1.400 muertos.
Las tres provincias más afectadas fueron las de Avellino, Salerno y Potenza. Se llegó en algunas zonas a una intensidad de grado X en la escala sismológica de Mercalli (destrucción total).
El temblor fue muy fuerte también en Nápoles, donde hubo derrumbes de viviendas antiguas y víctimas. La situación de atraso económico del sur de Italia fue evidente en los días sucesivos al seísmo: la ausencia de infraestructuras, junto con la ausencia de un sistema de Protección Civil, hizo que muchas áreas se quedaran aisladas y que los socorros llegaran con mucho retraso. La verdadera entidad del desastre se supo solamente tres días después. Se ha quedado en la memoria de los italianos la portada del periódico de Nápoles, «Il Mattino», que tituló «Fate Presto!» (¡daos prisa!) frente a la evidente lentitud de los socorros.
#23novembre 1980, terremoto #Irpinia. Le vittime, i ritardi dei soccorsi, i paesi rasi al suolo, fanno del sisma una delle pagine più drammatiche e importanti del nostro Paese.Due anni dopo, per coordinare tutte le forze in emergenza, nasce il Dipartimento della #protezionecivile pic.twitter.com/YcJIXzgrfX
— Dipartimento Protezione Civile (@DPCgov) November 23, 2022
El retraso en los socorros y la indignación del presidente de la República Sandro Pertini
El fuerte retraso en los socorros fue criticado con fuerza por el Presidente della República de entonces, Sandro Pertini, que en las televisiones dijo: “los culpables pagarán” e invitó los italianos a la solidaridad. Miles de voluntarios se desplazaron desde cada región de Italia para ayudar a las víctimas del terremoto.
En esta ocasión se pudo ver también como en el sur de Italia el estado de los edificios era pésimo, con muchas viviendas en estado crítico, debilitadas por anteriores terremotos o mal construidas. Se puede decir que el desastre del 1980 sirvió para que Italia empezara a empeñarse en la prevención sísmica y en la constitución de un servicio de protección civil, que vio la luz diez años más tarde (precisamente en 1992), y es hoy es uno de los más organizados del mundo y muy presente en el territorio.
Il #23novembre 1980 il #terremoto dell’#Irpinia che colpì un'area di oltre 17.000 chilometri quadrati: veloce e massiccia la risposta del Corpo Nazionale che mobilitò 4.259 #vigilidelfuoco, 1.101 automezzi e 4 elicotteri. #Pernondimenticare le 2.735 vittime della tragedia pic.twitter.com/WoVCdx5yOG
— Vigili del Fuoco (@vigilidelfuoco) November 23, 2022
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