
ROMA. El lunes 31 de octubre el gobierno de Giorgia Meloni se ha estrenado con el primer Consejo de Ministros, presidido por la primera presidenta de gobierno mujer de la historia republicana en Italia. El nuevo gobierno, lo recordamos, nació la semana anterior tras los juramentos y la ceremonia de la campanilla en el Palazzo Chigi, y es el resultado de las elecciones del 25 de septiembre de 2022.
En el Consejo de Ministros del 31 de octubre se nombró a los subsecretarios de los ministerios y se aprobó un decreto ley que incluye medidas en muy diferentes ámbitos, desde la sanidad hasta la justicia. Las medidas más debatidas en estas horas en Italia son dos decretos. Uno es un claro guiño a los antivacunas italianos, y rehabilita a 4.000 sanitarios que no se vacunaron contra el Covid en los últimos años. Podrán volver a trabajar dos meses antes de lo que preveía la norma que se lo impedía hasta ahora. El nuevo gobierno quería eliminar la obligación de llevar mascarilla en hospitales y centros sanitarios, pero al final no lo ha hecho. Las mascarillas en Italia seguirán siendo obligatorias solo en los hospitales y centros sanitarios.
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Otra medida muy debatida en las últimas horas es el decreto que quiere contrarrestar las fiestas ‘rave’ ilegales. En los últimos días se celebró un «rave party» a las afueras de Modena, una fiesta ilegal dentro de una nave industrial con miles de jóvenes procedentes de Italia y otros países europeos. El Gobierno intervino para su desalojo, aunque al final la intervención policial se limitó en rodear la zona y esperar a que los jóvenes saliesen, y no hubo desalojo violento.
El decreto ley del Gobierno Meloni introduce un nuevo delito, el de «Invasión para reuniones peligrosas», que contempla, entre otras, penas de prisión de 3 a 6 años y multas de entre 1.000 y 10.000 euros. Los partidos de oposición, como el Partito Democrático o la coalición Izquierda Italiana-Verdes, critican con fuerza la medida, afirmando que es un «caballo de Troya» que agudiza las penas para quienes ocupen institutos escolásticos y universidades (en Italia es una forma muy comun de protesta por parte de los estudiantes) y se transforma en una amenaza para el derech de libre manifestación.
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